Britney Spears:

sexy, fatal y angelical en Argentina La Princesita encandiló con su despliegue escénico en su presentación  en el Estadio Único. Dos horas de música disco en La Plata donde no faltaron algunos  clásicos en el marco del tour que presenta “Femme Fatale”. Relato de la noche y video en el que un fan... quedó entre  sus piernas. A fines de la década del 90, varias estrellas femeninas buscaban conquistar la  corona Pop en manos de Madonna. Fue entonces cuando algunas jovencitas se  animaron a mostrar lo que sabían hacer: bailar, cantar y lograr ubicarse en los primeros puestos de los rankings de música con sus canciones pegadizas. Una  de ellas fue Britney Spears, una rubia, con cara de ángel que interpretaba “Baby  one more time”. Casi una década y media después, la ex niña del Club de Mickey Mouse, se presentó  por primera vez en Buenos Aires en el marco de su tour “Femme Fatale”. Atrás habían  quedado los años de excesos que debió enfrentar como adolescente donde cayó a los  pies de las drogas, el alcohol, la noche, una boda embriagada y un matrimonio con  inconvenientes. Ahora... un poco de paz. Con el peso de la fama a cuestas, Britney decidió reconquistar su cetro de Princesita  Pop que logró por sus trabajos y aquel beso efusivo de la Reina Madre en medio de los MTV. Lanzó “Black out”, “Circus” y “Femme Fatale”, que le generó un ascenso  musical. Hizo los bolsos y se embarcó en una nueva gira que la trajo hasta el  Estadio Único de La Plata para deleitar a unas 30 mil personas que se fueron  coreando su último single bajo la intensa lluvia. Exquisitamente puntual, Spears salió vestida con un body plateado, saco y botas  haciendo juego, medias de red negras y su micrófono colgando de su oreja  derecha. Una decena de bailarines la rodearon entre piruetas y saltos  magistrales. El escenario era impactante, varias rejas para que la rubia y sus compañeros usen en sus coreografías. Unos policías arrestaban y seducían a la  “chica criminal”, mientras se oían aullidos generalizados y sonaban sus primeras  canciones: “Hold it against me”, “Up n' down”, “3”. Le siguieron más canciones de su último trabajo discográfico como “Piece of me”,  “Big fat bass” (con Will I Am, de los Black Eyed Peas en pantalla) y “How I roll”,  donde ya cambió su vestuario y apareció con un buggie playero rosado, vestida con  un top rojo y negro. En varios segmentos del show, su actual novio, Jason Trawick (el mismo que aparece  en su clip “Criminal”) aparecía en pantalla gigante con un chupetín en mano, hablando de lo peligrosa que podía ser la femme fatale y de algún modo, buscando encontrarla. Minutos después, fue tiempo para el fan argentino sobre el escenario, un recurso muy  utilizado por estos días por los músicos para que sus seguidores puedan conocerlos lo  más cerca posible. El privilegiado fue Alfonso, que quedó boquiabierto al tener a su ídola  a dos centímetros y más cuendo Britney puso su rostro entre sus piernas en “Lace  and leather”. Pura seducción, aullidos de los testigos del baile erótico que terminó con  la desaparición de Spears, sus bailarines y el joven felizmente “capturado” por la bomba  rubia. Después, fue lugar para “If U seek amy”, y un cambio de vestuario nuevo con una bikini dorada donde entró como una faraona secundada por su equipo de baile para  entonar “Gimme more” y “(Drop dead) beautiful” donde quedó encuadrada en  un marco, parte de su impecable despliegue escénico. Para la bella balada “Don't let me be the last to know”, quedó colgada en los  aires en una hamaca y acompañada por uno de sus atractivos bailarines. En “Boys” se puso la capa y siguió cantando y caminando por todo el escenario ante la euforia de la multitud. En el último tramo, la sexy rubia que deslumbra por su ser angelical pese a que  no baila como en sus primeros años y hasta se la ve un poquito excedida de peso,  salió con un pequeño short de jean y corpiño negro con brillos en rosa y violeta para deleite de los caballeros y padres de las criaturas que lloraban y gritaban con sólo  verla moverse de un lado al otro. Era la hora de las canciones más conocidas como “... Baby one more time”, “S&M”  (cover de Rihanna que habla de una relación sadomasoquista), “Trouble for me”, “I'm a slave for you”, “I wanna go” y “Wommanizer” en su primera despedida de  escena donde mostró una enorme sonrisa por la felicidad y el cariño que le regalaron  sus seguidores. Ellos, querían más. Entonces, la pantalla mostró nuevamente a Jason, que a esta altura ya agotaba con sus apariciones y comentarios. Parece que a la propia Britney también, ya que  lo adormeció con un pañuelo empapado en alguna sustancia tóxica y lo calló con una  cinta en su boca. Fue la antesala a “Toxic”, donde apareció vestida de geisha e hizo  saltar al estadio que se había convertido en una verdadera pista de baile. El final, como la blonda eligió para este tour, fue con “Till the world ends” para terminar bailando hasta que se acabe el mundo. Papelitos de colores, saltos, los coros “oh oh  oh oh” del estribillo de la pegadiza melodía, fuegos artificiales, una Spears con sus  alas de ángel mirando desde el cielo con un gran despliegue visual en el cierre del  concierto. A esta altura, no queda más que decir que Britney encanta por su carita de ángel, por el grupo de gente que baila como en sus videoclips, por sus poses eróticas y  sensuales en su rol de “Femme Fatale” y porque sobrevivió a los excesos de estrella.  Aunque, claro está, sigue siendo la Princesita porque todo lo que realiza en vivo  no es más que una herencia de la Reina Madre que la tiene como una de sus preferidas. .. aunque no suelta la corona por nada del mundo. Por Claudia Seta canal26